La llegada de la Apis Mellifera a Chile

La Apis mellifera (abeja de la miel) es una especie de Artrópodo “Alado” y su origen es Europa Central. Aunque en la actualidad todos los continentes gozan de su presencia, su traslado a estos lugares no ha sido sencillo ni menos ha estado exento de dificultades e historias.

El caso chileno es particularmente llamativo y no es sino hasta 1844 que nuestra muy joven y recientemente constituida República pudo contar con las primeras Unidades Biológicas de Abejas de la Miel. La historia es fascinante, pero también triste, y está ligada a un personaje clave.

Don Patricio Larraín Gandarillas, diplomático chileno con formación en Derecho fue alumno del mismísimo Andrés Bello. En sus labores políticas le tocó viajar a Europa con la labor de solicitar reconocimiento a España de la Independencia Chilena, fue ahí donde conoció las Abejas de la miel y quedó impresionado.

Pocos años más tarde debido a que complementó su trabajo político con labores agrícolas es que vuelve a viajar a Europa, pero esta vez con la clara determinación de traer las primeras familias de abejas de la miel a nuestro país.

Año 1844, esta vez su destino era Italia y Milán la ciudad elegida para ir en la búsqueda de las primeras Colmenas que poblarían nuestro país. Para obtener información técnica más profunda se hizo asesorar por Carlo Bianchi distinguido apicultor italiano, luego de ello adquirió 50 Colmenas (sólo fueron traídas la mitad). Inmediatamente fueron subidas al Barco para cruzar el Mar Atlántico y con ello ingresar a Chile.

La embarcación estuvo 3 meses en alta mar y en el momento de atravesar el Cabo de Hornos para ingresar a aguas chilenas se vió enfrentada a terribles temporales que produjeron el rompimiento de hielos lo que obligó a la embarcación a quedar detenida por varias semanas y con ello vino la muerte de todas las abejas.

Don Patricio Larraín Gandarillas no vió en esta lamentable experiencia el fracaso y tomó contacto con el apicultor italiano para pedirle que fue el mismo quien las trajera. Llegó el otoño de 1844 y Carlo Bianchi se embarcó con las 25 colmenas restantes, luego de varios meses logró la hazaña, pero no sin bajas en las abejas.

Sólo 2 colmenas sobrevivieron y fueron trasladadas inmediatamente al Valle de Mallarauco en la provincia de Melipilla para conformar el primer colmenar de Chile. Fue esta experiencia la que permitió a nuestro país poder contar con las primeras abejas de la miel y con ello dar inicio al oficio de la Apicultura que hoy es tan extendido entre nuestros habitantes

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